jueves, 30 de mayo de 2013

Bertrand Russell



Por los estudiantes:
Gabriela Urdaneta
Alberto Gonzalez
Eglys Marquina
Maria Laura Cano


INTRODUCCIÓN


     El siglo XX fue una época que se vio marcada por importantes cambios, avances y revoluciones en el aspecto social, político, económico, científico y tecnológico. Algunos de los hechos más resaltantes, que tuvieron lugar en este tiempo, fueron: en principio, la Primera guerra mundial (1914-18), un conflicto bélico donde Rusia, Reino Unido y Francia se aliaron frente a la posible amenaza que implicaría el poder mundial de la potencia alemana; luego, se llevó a cabo la Segunda Guerra Mundial (1939-45) que cegó con las vidas de un sinnúmero de civiles y, además, se hizo uso por primera vez de las armas nucleares. Siendo todo lo dicho producto o consecuencia de la pretensión de crear un imperio en Europa, por parte de la Alemania Nazi. Posteriormente, se sobrevino la Guerra Fría, en la cual participaron las potencias del mundo, las naciones de URSS y EEUU, que habían desarrollado dos sistemas políticos de gobierno: El comunismo ruso y el Capitalismo, los cuales generaron la bipolarización entre el Norte y el Sur del planeta, con la finalidad de globalizar la implantación de dichos modelos.
           
     Tales sucesos tuvieron repercusión en las vidas de diversos filósofos; quienes se encargan de la búsqueda del conocimiento, la sabiduría y la verdad. Particularmente, de todas las personas que se dedicaron a comprender las causas y consecuencias de los distintos hechos ocurridos en el mundo, para hacer de éste más entendible, resaltaremos a Bertrand Russell.
           
     Russell fue un matemático, filósofo y escritor inglés que vivió entre 1872 y 1970. Debido al deceso tan temprano de sus padres, cuando apenas tenía 6 años de edad, queda junto con su hermano Frank, bajo la tutela de sus abuelos. Es criado mediante el método puritano y victoriano. Durante su juventud, empezó a redactar escritos que abarcaron temas desde la religión (dudando de los dogmas) y la sexualidad. Además, ya a temprana edad, sintió interés por una fuente de dicha y felicidad: las matemáticas.

     En 1890, ingresa a la Universidad Trinity College de Cambridge para cursar matemática, y en 1894 cursa filosofía, en donde conoce a G. E Moore; él y Russell formaron parte de la rebelión contra el idealismo, fundando lo que se conoce como Filosofía Analítica. Sus trabajos extraacadémicos, algunas de sus ideas y obras posteriores, se desarrollaron mediante los diversos viajes que realizó por alrededor del mundo, relacionándose con personajes como: Lennin, Gilbert Murray, Ludwig Wittgenstein, con los cuales pudo discutir sobre los significantes y polémicos problemas del siglo.

     Durante el período de la primera guerra mundial (1914-18), fue partidario de la paz y sintió compasión por el sufrimiento ajeno. La misma generó en su pensamiento, un hondo sentido social. Luego, en 1920, visitó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, motivado por los ideales de la revolución socialista, pero cuando se percató del sufrimiento y miseria que allí encontró, plasmó su descontento con la práctica del socialismo ruso, con su obra: Práctica y teoría del bolchevismo (1920). Al cabo de la segunda guerra mundial, Russell adoptó una postura en oposición a la Alemania Nazi, se trataba del “Pacifismo político relativo”.

     En 1950 se le otorga el Premio Nobel de la literatura, principalmente porque sus obras y ensayos plasman ideales humanistas y de libre pensamiento. Cabe acotar que gran parte de sus escritos reflejan y critican la realidad social que se vivía al momento de su concepción, abarcando una gran variedad de temas de interés colectivo y controversial, generando así tanto detractores como simpatizantes de sus ideas. Además, junto a Einstein, fundó el Movimiento Pugwash, cuyo propósito era conseguir el desarme internacional de armas nucleares, las cuales podrían exterminar a la humanidad.

     A continuación, se expondrán las características más relevantes con respecto al contexto histórico de su vida y sus obras (Principia Mathematica, El Caso por el Socialismo, Matrimonio y Moral, y Por Qué no soy Cristiano), resaltando sus aportes dentro del campo de las matemáticas y la filosofía durante el siglo XX.

CONTEXTO HISTÓRICO DEL SIGLO XX

     A finales del siglo XIX, el Imperio Británico se consolidaba como una de las grandes potencias económicas e industriales del mundo por su condición de primer país industrializado. Esta condición se vio sujeta a cambios por el hecho de que las distintas potencias mundiales comenzaron a industrializarse, a ser más productivas y económicamente independientes. Entre 1880 y 1914, pasó del cuarto lugar en el comercio mundial al sexto debido a  la gran competencia a la que se vio sometido.
     El victorianismo tardío se comprende entre los últimos años de la vida y reinado de la Reina Victoria I, el cual se caracterizó principalmente por la radicalización de los movimientos obreros y sus sindicatos. También, el Imperio expandía sus territorios en África y Asia, esto aumentaba su producción y mercadeo alrededor del mundo. La ciencia se transformó en lo que es hoy en día. El “boom” de las comunicaciones, medios de transporte, además el uso del gas como generador de luz y calor fueron las invenciones más relevantes a finales de siglo.
     En cuanto a la sociedad, la población se conformaba prácticamente de clase media y burguesa, destacando que en el año 1880 el sector rural representaba sólo un 10% de la población total del Reino Unido. Simultáneamente, el manejo del gobierno cayó en  manos de los aristócratas, debido a que éstos eran más cultos con respecto a temas políticos y administrativos. Asimismo, la doble moral estuvo latente en la época victoriana, puesto que se trataba de un entorno que giraba alrededor de las drogas, el sexo y la prostitución; cabe acotar que en el Este londinense se albergaban infinidades de burdeles, casas de juegos y espectáculos eróticos. En 1888 se conoció el popular caso del asesino en serie, Jack El Destripador, que arremetió contra una multitud de prostitutas y tuvo bastante cobertura mediática a nivel mundial; tal caso se usó como una manera de atacar y atraer la atención de los líderes políticos, con respecto a la pobreza y desempleo de cierta cantidad de la población británica.
     El inicio del siglo XX estuvo marcado, principalmente, por el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. La posición tomada por Inglaterra en este conflicto es muchas veces considerada injusta, a pesar de que fue uno de los países involucrados en la contienda que sufrió más daños arquitectónicos y pérdidas civiles, a causa de los bombardeos alemanes a barrios londinenses. La fuerza inglesa fue comparable con la alemana, en el sentido de que ambas potencias fueron capaces de fabricar y dar importantes avances en la industria armamentista de la época, y además de que el vasto imperio aseguraba un poder económico y demográfico de gran importancia durante el desarrollo de la guerra. Un factor decisivo para el triunfo de Inglaterra en esta disputa fue la intervención de los Estados Unidos, cuyo poder con respecto a los combatientes obligó a frenar y hacer retroceder a las tropas alemanas quienes vieron sus fuerzas diezmadas de manera considerable, momento cumbre para esto fue la retirada del Imperio Ruso en la guerra por la caída del mismo en noviembre de 1913. La guerra tocaría su fin en 1918 con el triunfo de los Aliados y la expansión del Imperio Británico. Debido a este hecho, pronto sintieron los efectos financieros que dejó el agotamiento de sus recursos durante la guerra, aminorando así su capacidad de producción, la cual estaba consolidada en el mundo como una de las grandes potencias industrializadas de la época pre-guerra. A partir de los años veinte del siglo XX se inició la emancipación de los territorios ganados en la Primera Gran Guerra, es decir, se les concedió su independencia, principalmente a causa de los problemas económicos del Reino Unido, que no era capaz de mantener el gran imperio.
     Años después, Europa se vio sumida en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ésta se originó, en principio, por las inconformidades que quedaron a partir de la Primera Guerra Mundial, y tuvo como inicio bélico la invasión de Alemania a Polonia con el objeto de establecer su imperio en toda Europa, su política expansionista; lo que automáticamente provocó la declaración de guerra de todas las grandes potencias, incluidas Inglaterra y Estados Unidos, las cuales desplegaron toda su fuerza militar, económica y científica al servicio bélico. Conflicto marcado por grandes hechos como el Holocausto, la primera y única vez en ser utilizadas las armas nucleares, y la muerte de millones de civiles y combatientes dando un aproximado de entre 50 y 70 millones de víctimas. Por ello, la Segunda Guerra Mundial es considerada una de las contiendas bélicas más brutales y sangrientas en toda la historia de la humanidad.
     La batalla culminó en Europa en mayo de 1945 con la rendición, detención y retirada de las tropas alemanas, y en Asia acabaron con el bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos, hecho que quedaría marcado como un hito en la historia de la humanidad. Luego de la guerra, la Unión Soviética y los Estados Unidos quedaron establecidos como las dos superpotencias principales, dividiendo así al mundo en dos súper bloques, dos modelos políticos aplicados por cada uno de ellas: El Capitalismo y el Comunismo; estableciendo lo que se llamó Guerra Fría.
     La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, ideológico, económico, social, tecnológico, militar e informativo que se desarrolló desde 1947, posterior a la culminación de la Segunda Guerra Mundial y de la época posguerra, concluyendo en 1991 con la caída de la Unión Soviética. A pesar de que este conflicto no generó acciones armadas entre los bloques involucrados, las tensiones entre los mismos fueron tan grandes que durante el avance del enfrentamiento ideológico siempre se tuvo la amenaza de un nuevo enfrentamiento armado, debido a que ambos querían  implantar sus modelos políticos en todo el mundo.
     Anexo a esto, se inició la descolonización de los territorios obtenidos en la Segunda Guerra Mundial en la década de los años 50 en Asia, África y América Latina, iniciando a su vez una carrera por parte de EEUU y la URSS de influir en estos países para que se sumaran a su modelo. En correspondencia a lo anterior, se estableció el Movimiento de Países No Alineados en 1961, el cual fue conformado por las naciones que prefirieron mantenerse al margen de la dinámica de la Guerra Fría. También destacan la Carrera Armamentista y la Carrera Espacial, en las que se quería demostrar el poderío de los bloques con respecto a la industria armada y la conquista espacial por parte del hombre, la cual, y por distintos factores, se inclinó hacia el eje occidental a pesar de que los avances de ambos bloques eran extremadamente parejos. Dentro de la carrera armamentista destaca la Crisis de los Misiles de Cuba que se generó por la alianza de Cuba a la Unión Soviética, su ingreso a la COMECON y los fuertes roces con Estados Unidos. Esto llevó a la amenaza inminente de una Guerra Nuclear, debido a que se instalaron los misiles nucleares en Cuba por la Unión Soviética; hecho que se llevó a cabo en respuesta a la instalación de misiles en Turquía por parte de Estados Unidos. La tensión terminó por medio de las comunicaciones entre los presidentes de ambos países y la propuesta de condiciones de los mismos para abandonar el uso de las acciones armadas en caso de que Estados Unidos accedió a no agredir a Cuba y retirar los misiles de Turquía y, por su parte, la Unión Soviética retiró los misiles de la isla caribeña. Consecuentemente, las grandes súper potencias replantearon su modelo geopolítico a la vez que los Países No Alineados demostraron su peso económico independiente mediante la explotación de recursos como el petróleo.
     Otro hecho importante dentro del marco de la Guerra Fría fue la Guerra de Vietnam, en la que se vieron enfrentadas Vietnam del Sur, respaldada por Estados Unidos y Vietnam del Norte, apoyada por la Unión Soviética. El conflicto fue la primera derrota bélica para los Estados Unidos, y años después fue conocido que la intervención del mismo en este conflicto estuvo basada en ardides y mentiras por parte de presidente Lyndon B. Johnson. Inicialmente, el pueblo americano apoyó esta guerra, pero posteriormente la actitud del pueblo con respecto a la intervención Estadounidense en la Guerra Vietnamita cambió radicalmente, puesto que la prensa fue capaz de demostrar las matanzas que se llevaron a cabo y por el auge de las movimientos pacifistas que se manifestaron en la nación, contribuyó decididamente a la derrota de Vietnam de Sur y de Estados Unidos; llevando así a la unificación de ambos territorios Vietnamitas en un solo pueblo.
   
BIOGRAFÍA DE BERTRAND RUSSELL

Bertrand Arthur William Russell nació el 18 de mayo de 1872 en Trellech, Monmouthshire, Gales (Reino Unido). Hijo de John Russell, vizconde de Amberley,  y de Katrine Louisa Stanley, también de la nobleza británica. Conocidos como Lord y Lady Amberley, famosos inconformistas victorianos. Además, su abuelo fue Lord John Russell, primer conde Russell, quien adquirió celebridad con la Ley Reforma y fue dos veces primer ministro de la reina Victoria. Sus padres murieron cuando tenía apenas 6 años de edad y quedó, junto con su hermano mayor Frank, bajo la tutela de sus abuelos. La vida en su nuevo hogar era enclaustrada y solitaria, como lo narra en sus ensayos y en su larga autobiografía. Era un niño tímido, dominado por un método de crianza espartano (aunque afectuoso) que le impuso su abuela puritana; con ideas liberales en política y religión pero de una moral muy estricta, particularmente en cuestiones como el sexo, lo que producía una atmósfera opresiva. Es indudable que su retraimiento fue estimulado por el misterio que se cernía sobre las vidas de sus padres y por el prematuro deceso de ellos. Estos tempranos acontecimientos explican en parte, su obsesión por descubrir la verdad de la vida, así como su admiración juvenil por su padrino, el filósofo John Stuart Mill, y por el credo utilitarista.
En los años de niñez y juventud, Russell procuró aplacar su soledad y ambiente represivo, rebelándose (pero aun así respetando las normativas de su hogar) contra la atmósfera puritana y victoriana de la casa de sus abuelos, redactando escritos, haciendo uso del alfabeto griego, para exponer pensamientos en los que impugnaba las actitudes y creencias consagradas, en cuadernos que después serían conocidos como “Ejercicios de Griego”. Durante los comienzos de su adolescencia, ya adoptaba temas polémicos como la religión, dudando de los dogmas religiosos, y referidos a la sexualidad. Pero, además, hay otro tema fundamental que preocupó al Russell adolescente, una fuente de dicha y felicidad: Las matemáticas. En relación con lo anterior, así Russell[1] lo expresa en su Autobiografía (1967):

A los once años empecé a estudiar geometría, teniendo por preceptor a mi hermano. Fue uno de los grandes acontecimientos de mi vida, tan deslumbrante como el primer amor. Jamás había imaginado que pudiera haber algo tan delicioso en el mundo. Como toda felicidad, sin embargo, no era completa. Se me había dicho que Euclides demostraba las cosas, y me sentí profundamente decepcionado al ver que empezaba con axiomas. Al principio, me negué a admitirlos, a menos que mi hermano me ofreciese algún razonamiento para que lo hiciera, pero éste me dijo: "Si no los admites, no podemos seguir adelante.” Como yo deseaba seguir adelante, los admití a regañadientes. La duda que me asaltó en aquel momento respecto de las premisas de las matemáticas no me abandonó y determinó el curso de mi labor subsiguiente.

Asimismo, la educación de Russell durante sus primeros años de vida fue impartida por sus tutores particulares, con los cuales podía discutir sobre algunos de los temas considerados como prohibidos en su familia. Sin embargo, estas tutorías eran poco duraderas cuando su abuela tomaba conciencia de tal situación. Luego, en 1890, ingresa al Trinity College de Cambridge. Mientras se formaba como estudiante de este instituto, su profesor Alfred North Whitehead quedó tan impresionado por él que lo recomendó a los alumnos más inteligentes de la universidad, para que lo aceptaran como miembro de una sociedad intelectual llamada “Los Apóstoles”, en la cual se relacionó con personas tales como John Maynard Keynes y John McTaggart (otros miembros de aquella sociedad) que compartían su misma curiosidad intelectual, quienes ratificaron su genio y quebraron su retraimiento. Y así, su personalidad se transformó en una muy explícita y más sociable.
Además, durante su cuarto año en Cambridge, en 1894, contrajo matrimonio con su primer amor: Alyst Pearsall Smith, una cuáquera y apasionada defensora de los derechos femeninos. Dicho matrimonio duró diecisiete años. En el año 1902, Russell fue reconocido por su obra: Los Principios de matemáticas, en la que intentó trasladar las matemáticas al área de la filosofía lógica y dotarlas de un marco científico preciso. El desvelo de Bertrand por la búsqueda científica para las matemáticas concluyó aproximadamente en ese mismo momento, con la publicación, en 1910, del primer volumen de Principia Mathematica; obra sobre el pensamiento racional, de tres volúmenes elaborados junto con su profesor Alfred North Whitehead; quien es considerado como una figura importante en el proceso de evolución de Russell, para alcanzar la gradual transición de estudiante a escritor independiente. Igualmente, en 1894, estudió Ciencias morales (Filosofía), y conoció a G. E. Moore, un joven estudiante a quien Russell había convencido para que se cambiara a estudiar filosofía, en momentos en que este segundo consideraba que su amada matemática se enseñaba como trucos concebidos para engañar al estudiante y, por lo tanto, leía obras de Platón, Spinoza, Liebniz, Kant, Hegel y Bradley. Según Castillo (2009) “Moore encabezaría un movimiento en contra del idealismo de Bradley que luego Russell secundaría” (p. 13). Es decir, se desarrolló un movimiento, o más bien, una rebelión contra el idealismo de Hegel y de Bradley, denominada: Filosofía Analítica. En relación con esta época, específicamente, en el año 1912, Russell difundió su obra: Los problemas de la filosofía; en la que el autor expone los problemas de la filosofía, para refutar las doctrinas del idealismo (escuela filosófica dominante en ese tiempo), basándose en la teoría del conocimiento (epistemológico) más que en la metafísica.
En el periodo de tiempo que estuvo casado con Alyst, y aunque esos años estuvieron regidos por las matemáticas, tuvo muchas desviaciones e interludios, que varios de los cuales sirvieron de base para las ideas y obras posteriores de Russell. Es decir, abarcaban las labores extraacadémicas que se llevaron a cabo mediante numerosos viajes a diversos países, estableciendo entrevistas y relaciones con las personalidades relevantes del momento, tales como: McTaggart, filósofo idealista (Profesor de Trinity College en Cambrige), Gilbert Murray, D. H. Lawrence, Ludwig Wittgenstein, T. S Eliot, y Joseph Conrad; para escribir, disertar y tomar partido respecto a muchos de los importantes y controvertidos problemas de la época del siglo XX.
A partir de la Primera Guerra Mundial, Bertrand desplegó una devoción desinteresada por los derechos de los objetores de conciencia que protestaban contra el belicismo, aumentando su comprensión por los sufrimientos ajenos, con una actitud pacifista que mantuvo toda la vida. Ciertamente, la guerra le produjo un hondo sentido social en su pensamiento; éste, pudo descubrir, en razón de sus privaciones personales que incluyeron seis meses de cárcel, cuáles eran los poderes restrictivos del Estado contra los cuales el individuo parecía estar inerme. Durante sus meses en prisión, escribió la Introducción a la filosofía matemática (1919).
Al finalizar la guerra, en el año 1920, visitó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, animado con los ideales de la Revolución, en compañía del Partido Laborista Británico. Sin embargo, frente al caos de los primeros tiempos del nuevo estado soviético, de acuerdo a la miseria y el sufrimiento que allí encontró, acabó con las esperanzas que tenía inicialmente con respecto a los cambios que el comunismo producía. En su libro Práctica y teoría del bolchevismo (1920) expresó su descontento con la forma en que se efectuaba el socialismo en Rusia. Por otro lado, opinaba que el socialismo guildista, que corporizaba los principios de la propiedad común y de la coparticipación en el poder, elementos esenciales para una sociedad sana, ofrecía la mejor solución para los problemas sociales. En pocas palabras, una forma de socialismo de mando distribuido y no centralizado. Cuando regresó de la URSS, le propusieron que dictara un curso como profesor visitante en la Universidad de Pekín, entre los años 1920-1921, en donde conoció a Dora Black, su compañera durante la estadía en esa nación, y cuando volvieron a Inglaterra se casaron.
La guerra destruyó su temprana fe en un mundo racional, además la visita a la Rusia Revolucionaria completó su desilusión. Mas no por eso estaba plenamente convencido de que el hombre era incapaz de comportarse racionalmente; por este motivo, se dedicó a esforzar la búsqueda de métodos encaminados a eliminar las causas de la locura de los hombres. Esto lo llevó a incursionarse en el terreno de la educación, ya que pensaba que para modificar el pensamiento social había que revisar en forma general los sistemas educacionales. Entonces, fundó con su esposa Dora, una escuela, Beacon High School, que fue abierta en 1927 hasta el año 1932. Se consideró como un proyecto progresista para sus dos hijos y, por supuesto, para sus alumnos, libre de prejuicios habituales (del espíritu religioso y nacionalista). En aquella época, los años de su vida familiar y de trabajo en el colegio experimental, fueron muy productivos para la función literaria de Russell. Entre los años 1921 y 1931 participó en la edición de quince libros suyos que abarcaban todo lo relacionado al pensamiento social e incluso algunos estaban dirigidos al público común; entre ellos resaltan: El ABC de Átomos, El ABC de Relatividad, Matrimonio y Morales, y La Conquista de la Felicidad. En consecuencia, por diversos motivos relacionados con los problemas económicos, administrativos y, especialmente, por la crítica social hacia las ideas innovadores con relación a temas controvertidos, la empresa tuvo su fracaso, y Russell la dejó a cargo de Dora.
Por consiguiente, tras la muerte de su hermano Frank, recibió el título de conde en Inglaterra; pero no le concedía importancia a este nombramiento que había heredado. Asimismo, en el año 1935, se divorcia de su segunda esposa, Dora Black. Esto último, más el abandono de la empresa educativa, trajo un ambiente de asombro y expectación en la población. Incluso, Russell continuaba inmerso en el período de depresión y pesimismo ya iniciado en 1930. Pero dejando a un lado esta situación, volvió a ocuparse de la filosofía. Por lo tanto, reaccionó violentamente cuando el nacional-socialismo tomó el poder en Alemania, y escribió al respecto. Pronosticó una Segunda Guerra Mundial. En el año 1936 propugnó una actitud pacifista por parte de Alemania y, seguidamente, apoyó la política del gobierno de Munich. También, en esta fecha, se casó con su secretaria de investigación, Patricia Spence. Posteriormente, en 1938 fue llamado a la Universidad de Chicago para dar discursos de Filosofía. Paralelamente, estalló la Segunda Guerra Mundial; y al cabo de un año de guerra Russell habría de cambiar de posición; se trataba, pues, de un “pacifismo político relativo”, respaldando a las fuerzas aliadas contra el ejército nazi, alegando que a veces la contienda se justifica cuando es primordial para vencer a un mal mayor, en este caso: el fascismo predominante.
Para el año 1940, se le asignó ejercer una cátedra de matemáticas en la Universidad de Nueva York, pero debido a las controversias y polémicas de sus escritos, especialmente la obra Matrimonio y morales, lo culparon por exponer libremente sus opiniones acerca de la vida sexual; acusado por corromper a la juventud. A causa de esto, las autoridades de tal instituto revocaron su renombramiento, y levantaron un proceso jurídico en su contra, con el pretexto de que su moral no era compatible con los principios de la educación norteamericana.
En 1949, el Rey Jorge VI de Reino Unido le concedió la Orden al Mérito. Seguidamente, en 1950, viajó a Estados Unidos y le otorgaron el Premio Nobel de la literatura, por su extensa obra significante de variados libros donde expone y defiende sus ideales humanitarios y la libertad de pensamiento. Y a partir de 1952, publicó veinte libros y varios artículos que constituyen casi un tercio de la producción de toda su vida. Entre estas obras se encuentran sus primeros cuentos, y diversos tratados filosóficos y éticos como por ejemplo: La sociedad humana en la ética y la política, y Por qué no soy cristiano. Incluso, Bertrand, a lo largo de su vida, respondió cartas que provenían de cualquier parte del mundo. En 1952, después de su divorcio con Patricia, se unió en cuartas nupcias con la escritora norteamericana Edith Finch.
Cuando concluyó la segunda guerra mundial, Russell se dedicó plenamente a la lucha antibélica, para evitar la guerra nuclear y asegurar la paz; así pues, intensificó una campaña a favor de un gobierno mundial (una autoridad supranacional), que sería capaz de alcanzar la paz global mediante un desarme nuclear conjunto. En el año 1958, asistió al lanzamiento de la Campaña por el Desarme Nuclear, la cual presidía. Además, Bertrand fundó, junto a Einstein, las Conferencias Pugwash o también llamado: Movimiento Pugwash. En éste, participaban científicos, filósofos y humanistas, para tratar asuntos sobre ciencia y temas sociales del mundo, con el objetivo principal de conseguir el desarme nuclear internacional. Cabe acotar, que dicho periodo estuvo incorporado de protestas masivas por la paz.
En resumidas, Bertrand Russell puede considerarse como uno de los filósofos más influyentes del siglo XX, debido a sus trabajos sobre las matemáticas y la lógica aplicadas a la filosofía. Dicho reconocimiento es merecido, sobre todo, por su gran activismo en el plano social-político, identificado por su pensamiento liberal. A lo largo de su vida, no descansó para llevar adelante sus proyectos y objetivos, gracias a su optimismo innato, y su fe en la humanidad; preocupado por el futuro, por la justicia y por el sufrimiento de la gente en el mundo. Finalmente, fallece el 2 de febrero del año 1970, en Penrhyndeudraeth, Reino Unido, a sus 97 años de edad.

OBRAS DE BERTRAND RUSSELL

     El filósofo Bertrand Russell, a lo largo de su visa, escribió más de 60 obras, en las que trataba temas de diferentes índoles. A continuación se presentan los resúmenes de algunos de sus escritos más célebres:
Principia Mathematica
     Esta obra fue escrita por Bertrand Russell en conjunto con Alfred Whitehead y consta de 3 volúmenes, publicados entre el año 1910 y 1913. Planearon la elaboración de un cuarto libro, el cual trataría de geometría, pero nunca fue terminado.
     La tesis logicista, expuesta inicialmente por Gottlob Frege, fue posteriormente estructurada y expuesta por los autores de Principia. Según Macías (2010), dicha teoría consiste en lo siguiente:
-          La matemática pura es una rama de la lógica, que la naturaleza de la verdad matemática no tiene un referente empírico, sino que trata exclusivamente de las relaciones entre los conceptos.
-          La matemática pura, una vez que ha sido expresada como proposición lógica, es deducible por medio de un número de principios lógicos fundamentales o axiomas.
            Así mismo, el contenido de la obra se basa en una teoría de los tipos, en números cardinales, números ordinales y números reales. Aunque no estaban incluidos otros teoremas más profundos del análisis de números reales, a su parecer todas las matemáticas podían ser derivadas adoptando el mismo formalismo (Wikipedia, 2013). Cabe acotar que se empleó el primer volumen del libro para llegar a la conclusión de que el enunciado 1 + 1 = 2 es verdadero.
            Por otro lado, en el año 1901, mientras Russell trabajaba en su libro “Principios de las Matemáticas”, descubrió la paradoja (declaración en apariencia verdadera que concluye en una auto contradicción lógica o en una situación que rebate al sentido común) que lleva su nombre. La misma surge de distinguir a los conjuntos que no son miembros de sí mismo y lo que son miembros de sí mismos, en donde Russell toma en consideración al conjunto de todo los conjuntos que no son miembros de sí mismos. Este conjunto, de existir, sería parte de sí mismo si y sólo si no es parte de sí mismo, teniendo lugar ahí la contradicción (Symploke, 2009).
            Finalmente, para darle respuesta a esta paradoja, se planteó en Principia la  teoría de los tipos, en la que se busca clasificar a los conceptos por medio del tipo. Por ejemplo: Los números, que son considerados elementos básicos en las matemáticas, son de primer tipo; los enunciados relativos a números pertenecen al segundo tipo; si el enunciado afirma algo sobre colecciones será parte del tercer tipo y así sucesivamente (Pareja, 2008).
Matrimonio y Morales
     Bertrand Russell escribe esta obra en el año 1929, en ella analiza “la organización de la familia en los sistemas patriarcales y en las sociedades primitivas, la ética cristiana, el amor romántico, el tabú de la educación sexual, la prostitución, el divorcio, la eugenesia y el matrimonio a prueba” (Ambrosini, s.f.).
     Así pues, Russell define al matrimonio como la experiencia humana más fructuosa, y su institución es importante  para la procreación. Según Cuello (2008), en el escrito se presentan dos tesis, una conservadora y otra innovadora:

-       La primera busca defender la estabilidad del matrimonio, debido a la importancia e interés que radica en la felicidad de los hijos.

-       La segunda se basa en la doctrina de la libertad de los cónyuges. En la cual se establece que si el matrimonio se hace insostenible y teniendo hijos, se permite tener relaciones sexuales extramatrimoniales sin deshacer la unión, siempre que no se procreen hijos en las mismas. Para Russell esta práctica no correspondía a una herejía moral.

     En el matrimonio hay factores que influyen en la felicidad o infelicidad de las parejas. Entre los más importantes se encuentran los siguientes: El hecho de que cuando las  personas son más civilizadas, se reduce la capacidad de que los cónyuges vivan juntos por siempre. Además, si  poseen gustos, ocupaciones, intereses múltiples y cambiantes, la insatisfacción es más frecuente, ya que entre ellos esperan que haya una mutua correspondencia, lo que es imposible por lo dicho anteriormente.
           
     Una condición favorable para la felicidad de las parejas es la escasez de mujeres solteras, ya que si los hombres no tienen posibilidades de tener relaciones sexuales con otra mujer, estos se adaptan a la situación y toleran el matrimonio. También un alto nivel de felicidad puede ser posible, si las mujeres no se poseían altas expectativas de alcanzar la placidez en la unión matrimonial. Esto explicaría la estabilidad que se mantiene en los vínculos por conveniencia.
           
     En el escrito se explica que el matrimonio debería ser concebido de otra forma, procurando que en la relación entre un hombre y una mujer se contemplen las personalidades de los dos, además de que en dicha unión cada uno salga fortalecido y enriquecido. Algo esencial en éste es que exista respeto mutuo hacia la personalidad de cada cónyuge, y que además sea combinado con la intimidad profunda, física, espiritual, mental.
     Si en la unión matrimonial se conciben hijos, la estabilidad del mismo es un factor importante en el buen desarrollo y en el bienestar integral de los niños. Aunque la pasión física se haya extinguido en una relación, el amor hacia estos es tan grande que logra mantener al marido y a la mujer unidos por un vínculo inquebrantable.

     En lo que respecta al tema del amor, éste es considerado como lo más bello que puede existir en las relaciones humanas, además permite que las personas se liberen de la soledad. Esto lo lleva a ocupar uno de los lugares más importantes en la vida. Para que pueda subsistir, la mayoría de las veces se debe sacrificar lo de menos importancia, pero de modo voluntario porque si no se destruirían sus bases.

     Para el desarrollo del amor libre se presentan algunos obstáculos. Como es en el caso de la educación tradicional, que le confiere un sentido pecaminoso. A su vez ésta promueve que la mujer debe llegar virgen al matrimonio, generando que su inexperiencia no le permita diferenciar entre el amor verdadero y una atracción pasajera. Otra barrera es el miedo que se tiene de perder la individualidad, lo cual Russell califica como un terror insensato (Cuello, 2008).

     Russell opina que hay causas de infelicidad provenientes de la mala educación sexual, un claro ejemplo de esto, es que los cónyuges al creer en una serie de “tabúes” son incapaces de conllevar una relación generosa y amorosa. Es muy importante que las personas no sean desconocedoras de este tema, debido a que es perjudicial para el desarrollo de sus vidas. Por lo tanto, no se debe conservar a los niños ignorantes respecto a cuestiones de sexo, ya que podrían deducir que sus padres los engañan en vez de enseñarles.

     A los jóvenes no se les debe presentar el sexo como algo misterioso, debido a que esto acrecienta su curiosidad sobre el tema, más bien debe ser tratado con naturalidad. Si se educa basándose en la creencia del pecado, no se obtendrán resultados tan favorables como si se hiciera al contrario.  

     Respecto al divorcio, se manifiesta en la obra que el adulterio no es una causa para que el matrimonio finalice. Si uno de los cónyuges decide mantener relaciones con otra persona, pero con el consentimiento del otro, de dicha unión no deben nacer hijos, ya que en caso de que llegara a ocurrir la situación se volvería compleja (Cuello, 2008).

     Según Russell las causas que pueden llevar a un divorcio son las siguientes: la locura, la embriaguez o el crimen de alguno de los esposos; también puede deberse a que el hecho de vivir juntos ya es insoportable para la pareja, el trabajar en diferentes ciudades, o la pasión de un cónyuge por otra persona. 

     Por último, el matrimonio no debería ser considerado como existente mientras no tuvieran hijos, ya que una relación estéril carece de importancia para la sociedad ni tiene validez para que una institución legal se ocupe de él, porque el objetivo último y prioritario es la concepción de los hijos.


El Caso por el Socialismo

     Russell se declaró como socialista en diversas oportunidades, lo que lo motivó a escribir este famoso ensayo en el año 1935. En los tiempos previos a la segunda guerra mundial, el marxismo, doctrina a la que se oponía, se encontraba presente en la sociedad. Se creyó que el socialismo sería implantado a la fuerza, debido al resentimiento de los pobres hacia los dueños de los medios de producción. Por otro lado, las personas con más recursos económicos se sintieron amenazadas ante tal planteamiento, resultando así en resistencia a este sistema.
     Russell en defensa de este modelo, lo define en su obra como “un sistema social en que el Estado es el menos dueño del poder económico, de la tierra y los minerales, el capital, la banca, el crédito y el comercio exterior; y políticamente, es democrático” (Castillo, 2010). A su parecer, una sociedad más justa es aquella concebida bajo el modelo socialista, el cual haría más felices a todos. Además, espera que mediante la razón y no la imposición, el socialismo se irá estableciendo gradualmente en las naciones.
     A nivel económico, la propiedad privada que no implique poder de este tipo tendrá la capacidad de sobrevivir, la cual será común en una sociedad socialista. Respecto a los medios de opinión y todo lo concerniente a ellos, como por ejemplo la propaganda política, deben limitarse a ser guiados por una genuina competencia, basándose en instrumentos legales e institucionales que eviten que sean controlados por el gobierno o por cualquier monopolio. Por consiguiente la competencia debe tener un carácter cultural e intelectual, más no económico.
     Existe un dilema acerca de la libertad del individuo, ya que ésta se ve en peligro cuando el Estado tiende a hacerse constantemente más poderoso, dando pie a que la política y la economía sean dominadas por organizaciones, y el individuo se vuelva más indefenso ante todo esto. Pero Russell propuso una solución a lo anteriormente dicho: plantea la devolución del mando a organizaciones que sean creadas por hombres y que tengan fines específicos, para que los integrantes puedan velar por intereses comunes y objetivos justos para todos. Mediante esta resolución, el Estado pasaría a ser una autoridad federal, y se establecería un gobierno mundial, cuyo fin sería evitar la guerra y gobiernos nacionales.
     Según Castillo (2010) los argumentos planteados por Russell para apoyar al socialismo como sistema de gobierno son los siguientes:
-       El motivo principal del capitalismo es obtener beneficios económicos, los cuales tienden a reducirse en una sociedad regida por este modelo.
-       La distribución del descanso no es apropiada debido al deseo de obtener el beneficio económico.
-       Mientras se mantenga el motivo del beneficio económico, la inseguridad económica se mantendrá.
-       Ya no se puede tolerar que hayan personas “paradas” y “parásitas”.
-       Si se espera que la democracia subsista, la educación debe ser democratizada.
-       Cuando el socialismo democrático se establezca, las artes florecerán.
-       El motivo del beneficio económico no debe influenciar en la creación de numerosos servicios públicos que se necesitan.
-       Mientras esté presente la economía competitiva, la guerra no podrá detenerse.

     En el socialismo, el Gobierno establecería qué y cuánto se debe producir, en vez de perseguir el beneficio económico. Sus cálculos podrán tener errores, pero serán menos dañinos que los que generan los cálculos individuales al estimar la demanda para competir en el mercado. Se reconoce que surgirán nuevas invenciones o innovaciones no previstas en los planes gubernamentales, pero las autoridades permitirán que la transición de la producción  de los viejos a los nuevos productos en la manufactura sea más gradual.

     En el caso de los desempleados, este sistema tomará medidas como reducir las horas de labor. La seguridad social no dejaría sin un sueldo a la persona que quiere trabajar y que está en busca de empleo. Además, el trabajo les será impuesto a aquellos que no contribuyen con la sociedad y el bien común, aplicándose esto mediante leyes penales, sin ser influenciado por  razones económicas. Se quiere que cada persona reciba un salario, para que ningún individuo dependa de otro, preservando así la seguridad económica.

     En conclusión, hasta que el socialismo no esté presente en todos los países, seguirán existiendo amenazas de guerras entre naciones, pero lo países socialistas no se armarán con el fin de agredir a otros, sino como un medio de protección.

Por Qué no soy Cristiano
     La obra se basa en una conferencia pública, en la que participó Bertrand Russell el día 6 de marzo de 1927 en el ayuntamiento de Battersea, Londres. El mismo año se distribuyeron panfletos a la población, los cuales contenían las ideas expuestas en dicho encuentro. Después de un tiempo, el contenido de los mismos fue reeditado y pasó a formar parte del libro “Por qué no soy cristiano y otros ensayos sobre religión”, publicado en 1957.
     El escrito comienza explicando qué significa ser un cristiano, ya que para Russell este término es empleado a la ligera por muchas personas. A su parecer esta condición no debe implicar necesariamente una vida virtuosa. Para ser parte de esta religión hay que cumplir con dos cosas esenciales: primeramente hay que creer en Dios y en la inmortalidad, y segundo, hay que tener algún tipo de creencia en Cristo; no necesariamente hay que considerarlo divino pero sí, por lo menos, como el mejor y más sabio de todos los hombres. Russell no encuentra razones suficientes para creer en nada de “eso”, así que no se considera cristiano.
     Respecto a la existencia de Dios la Iglesia ha dado a conocer varios argumentos racionales, entre algunos de ellos se encuentran:
-       El Argumento de la Primera Causa: En éste se explica que todo tiene una causa, y la causa de todo es Dios. Pero esto es contradictorio para Russell, ya que como Dios no tiene una causa, el argumento es inválido.

-       El Argumento de la Ley Natural: Expone que las leyes naturales existen debido a que un Dios la ha preestablecido. Pero en la actualidad se conoce que muchas cosas que se consideraban como leyes son en realidad convencionalismos humanos, teniendo el azar más poder en la realidad. Además, las leyes humanas son confundidas con las leyes naturales. Las primeras tienen como fin que las personas actúen de una manera determinada, pudiendo ser obedecidas o no; las segundas describen cómo ocurren realmente las cosas. Russell (1979) explica que si Dios hizo las leyes por su propio gusto y sin tener ninguna razón, entonces esto no estaría sometido a la ley, y por lo tanto el orden de la ley natural queda interrumpido.

-       El argumento del plan: El mundo fue creado para que podamos vivir en él, y si sufriera alguna variación, no podría existir la vida. Para Russell (1979) dicho argumento no tiene sentido, ya que desde Darwin se conoce que las criaturas vivas se adaptan al medio, mas no éste a ellas. Hay eventos en el mundo que no responden a un plan determinado, por ejemplo, la evolución.

     Debido a que las explicaciones de la Iglesia eran débiles, se desarrollaron unos argumentos morales:

-       El argumento del bien y el del mal: Fue creado por Kant  y establece que “si Dios no existiera” no habría ni bien ni habría mal (Ramos, 2009). Esto se puede rebatir, ya que la diferencia entre el bien y el mal provendría de Dios, y si éste es bueno entonces sus mandatos tendrían esta misma característica. Así que hay que decir que el bien y el mal no los hizo Dios, sino que son lógicamente anteriores a éste (Russell, 1979).

-       El argumento del remedio de la injusticia: “Es necesario que exista Dios para que sea posible un mundo más justo, mejor que el actual”. El argumento carece de base, porque la injusticia actual permite que sea más viable negar que Dios existe (Ramos, 2009).

     Russell cree que aunque se haya establecido toda una serie de contraargumentos, posiblemente el creyente común no los tomará como ciertos, ya que el individuo prefiere preservar la sensación de seguridad que le brinda la religión, y no las explicaciones científicas de la realidad (Ramos, 2009).

     Según Ramos (2009), Russell explica que “Sobre la excelencia superlativa de Cristo, se trata de dilucidar si él era el mejor y el más sabio de los hombres. Definitivamente, no se puede hablar de su existencia histórica, la cual es dudosa. Pero es posible sacar algunas conclusiones a partir de la lectura de los Evangelios”.

     Entre los aspectos positivos del carácter de Cristo se encuentran: su pacifismo, su generosidad y su desprendimiento de los bienes materiales. Sin embargo, no son exclusivos de él, ya que también fueron practicados por Lao-Tsé y Buda. Pero hay algo importante que recalcar: los mismos cristianos no practican estos principios.
     No obstante, la superioridad absoluta de Cristo puede ser contrariada debido a los aspectos negativos de su carácter, que se encuentran descritos en los Evangelios. Algunos de ellos son: su tendencia a prometer su regreso inminente, lo que genera que los creyentes sientan indiferencia hacia los problemas actuales. Otro es su intolerancia hacia los que no compartían su pensamiento, lanzando maldiciones y condenas al infierno. Asimismo, esto ha sido causante de que se presenten sentimientos de culpabilidad, no necesarios, en las personas. Por lo tanto, Russell sitúa a Buda y Sócrates por encima de Cristo.
     Las personas aceptan a la religión fundamentalmente  por causas emocionales. Es común que se diga que no debe ser atacada, debido a que provoca que los seres humanos se vuelvan virtuosos. Pero históricamente se ha demostrado que mientras más fanatismo religioso hay, los hombres se vuelven más crueles. Los principales enemigos del progreso han sido las iglesias organizadas, ya que la moralidad para ellas se basa en estrechas reglas de conducta que no promueven la felicidad humana, si no el sufrimiento (Ramos, 2009).
     En resumen, las creencias religiosas se basan en el miedo: a la derrota, a lo desconocido y a la muerte. El temor es el padre de la crueldad y el mal, que a la misma vez se complementa con la religión. Para hacer frente a ésta y a sus males, hay que concentrarse en el desarrollo científico, el cual es capaz de liberar de la cobardía y el miedo. Hay que procurar buscar las soluciones a los problemas que aquejan al mundo, para así convertirlo en un lugar mejor.

PENSAMIENTO DE BERTRAND RUSSELL



     Bertrand Russell llamó a su filosofía Atomismo Lógico, esta lógica atomista supone que el mundo se compone de entidades independientes y aisladas, que pueden ser conocidas sin referencia al resto del universo, directamente en sí mismas. La idea básica del atomismo lógico es que el mundo posee la estructura lógica de la matemática. Del mismo modo, sostiene que el criterio último de verdad de una proposición consiste en la descomposición de la misma en elementos más simples y la confirmación de estos. La idea fundamental del atomismo lógico es construir una filosofía valida universalmente. Para ello, no sigue el camino de la matemática sino el de  la lógica, la filosofía se identifica con la lógica, y esta con el análisis del leguaje, haciendo de él un vehículo adecuado de la ciencia. En este sentido Russell dice: “creo que la lógica es lo fundamental en la filosofía, y que las escuelas deberían caracterizarse por su lógica antes que por su metafísica”. Para el atomismo lógico la misión de la filosofía era realizar un análisis del lenguaje, con objeto de distinguir entre las proposiciones con sentido de las que carecen de él. Y este análisis se fundamenta en la existencia de las proposiciones atómicas, elementos básicos de cuya correcta construcción se derivará la validez de las proposiciones moleculares, que, conjuntamente con las primeras, han de construir un lenguaje perfecto como vehículo adecuado del saber científico.  
     Russell es considerado uno de los fundadores de la Filosofía Analítica, junto a G. E. Moore. Ésta rama de la filosofía, Según Castillo (2009) es: “La filosofía analítica, nace a principios del siglo XX como un rechazo a la especulación filosófica literaria poco conocedora de los logros científicos; particularmente como oposición al idealismo hegeliano que enseñaban los profesores de Moore y Russell en Cambridge.” (p. 47).  Russell estaba especialmente disgustado por la doctrina idealista de las relaciones internas, ya que estas mantienen el hecho de que para poder conocer precisamente una cosa se debían conocer todas sus relaciones; no obstante Russell sustentaba la individualidad de cada “cosa” Debido a ello, comienza a defender el logicismo, la teoría de que las matemáticas eran, en síntesis, reducibles a la lógica. Para defensa del logicismo, Russell partió de la idea de que los números pueden ser identificados con clases de clases y que las estipulaciones numérico-teóricas pueden ser explicadas en términos de la identidad y cuantificadores. De ésta manera, comenzaría a utilizar la lógica para simplificar temas en los fundamentos matemáticos, y tiempo después utilizar la lógica como clarificador de diferentes aspectos  en la filosofía, naciendo de esta manera la Filosofía Analítica, a través de la cual se pretendía acabar con los excesos de la metafísica. Russell creía que la función principal de la filosofía era la de eliminar la confusión, clarificando las estipulaciones más genéricas sobre el mundo para explicarlas.
     Del mismo modo,  la teoría del conocimiento de Russell atravesó por diversas etapas al haber descartado, en su juventud, las posiciones del idealismo, que consideran que el elemento fundamental de la realidad son la conciencia, la razón, el espíritu y sus ideas, que dado que es el sujeto quien posee estas ideas, son el elemento fundamental de la realidad, él tiene un papel activo en la constitución del conocimiento y que lo que conocemos directa o indirectamente son nuestras ideas de las cosas y no las cosas mismas. Contrario a esto, Russell argumenta que las experiencias directas de las personas tienen un papel primordial en el desarrollo del conocimiento, comenzando con del individuo o la mente individual. De este modo Russell, partiendo de los datos de la experiencia personal, se plantea reconstruir gradualmente el mundo externo. Consolidándose de esta forma como un realista filosófico durante el resto de su vida, durante un tiempo creyó que únicamente se podían conocer las cosas a través de “datos sensoriales” (percepciones de colores, sonidos, sabores, etc.) y que todo lo demás, inclusive los objetos físicos que son representados por éstos datos sensoriales, únicamente pueden ser deducidos o inferidos, en otras palabras conocidos por su descripción y no verdaderamente.
     Aunado a esto, estaba convencido de que los sistemas educacionales debían ser revisados exhaustivamente, ya que solamente a través de ellos se podría modificar el pensamiento social, motivado por esto inaugura su propia escuela en 1927. Pensaba que la educación no debía servir a fines  nacionales sino internacionales, y que a los estudiantes se les debía enseñar a competir contra de la naturaleza y no entre ellos mismos. Asimismo, manifestando su condición de pacifista afirma que deberían abolirse los gastos destinados a armamentos para utilizar este dinero en la educación, para pagar mejores sueldos a los maestros y mejorar los institutos de educación.  Del mismo modo que se debían asegurar empleos pagos a los jóvenes luego de que estos terminaran su educación formal.
     Debido a su postura antinacionalista en una carta publicada en el libro Bertrand Russell Responde (1977) explica cuál es la principal razón por la que los pueblos del mundo no se entienden entre sí, exponiendo: “Opino que hay dos razones capitales por las que las personas de distintos países no se entiende entre sí. Una reside en la diferencia de idioma, y la otra en el énfasis que la educación pone en el nacionalismo. Antes de haber sido influidos por la instrucción, los muy jóvenes tienen pocas dificultades para entenderse con los extranjeros de su misma edad. Aprenden fácilmente sus respectivos idiomas y las diferencias los divierten en lugar de chocarles.”
     Por otra parte, Russell, a lo largo de su vida condena fuertemente la condición de fanatismo. En referencia a esto, en uno de sus tantos escritos comenta que el fanatismo dueño de un gobierno es peligroso porque apenas juzga posible la cooperación con los demás. La esencia del fanatismo, según Russell (1959), sería considerar una determinada cosa más importante que otra. Consiste en pensar un asunto tan apabullantemente que no existe nada más que eso. Con esto, queda claro que el principal riesgo de un gobierno practicante de algún tipo de fanatismo, sería que éste sólo consideraría relevantes a sus creencias e ideales. Asimismo, Bertrand (1959) expone que la situación conflictiva entre oriente-occidente se debía, principalmente, a la creencia fanática en el comunismo y en el anticomunismo, los cuales, además, crearon su propio credo.
     En el campo de la Ética, Russell escribió sobre numerosos temas de esta categoría. En su libro “Ética y política en la sociedad humana”, sustentada por una recopilación de sus ensayos más importantes sobre ética, política y sociedad, escritos entre los años 1945 y 1954, examina los fundamentos de la ética y los principios que deberían sustentar una ética no dogmática. Es decir, reglas que supriman las malas pasiones y estimulen las buenas y que no nazcan de dogmas o credos generalmente productos de supersticiones, sino de la razón aplicada a la consecuencia de fines de justicia, seguridad, paz y libertad. Para este filosofo el bien debía entenderse cómo la búsqueda de la felicidad humana, lo que constituye esta felicidad es un tema rodeado de mucha polémica. Por lo tanto, las circunstancias necesarias para la felicidad humana se modificarán. Y el correcto deber ético es representado por la búsqueda de esta felicidad tal como cada quien la imagina. Del mismo modo, una de sus más resaltantes contribuciones al campo de la Ética, es un decálogo publicado en la New York Times Magazine, el 16 de diciembre de 1951, en un artículo llamado The Best Answer To Fanaticism: Liberalism; mediante el cual establece 10 mandamientos, acerca de cómo se debe actuar con libertad en búsqueda de la verdad, sin hacer caso de dogmas o aceptar verdades absolutas:
  1. No estés absolutamente seguro de nada.
  2. Nunca intentes oponerte al raciocinio, pues seguramente lo conseguirás.
  3. No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por   salir a la luz.
  4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.
  5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.
  6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.
  7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas las ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.
  8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquella significa un acuerdo más profundo que ésta.
  9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incomoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.
  10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, ´pues sólo un necio pensará que eso es felicidad.

    Con respecto a la religión, Russell en su ensayo ¿ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización? decía lo siguiente: “mi opinión acerca de la religión es la misma de Lucrecio. La considero como una enfermedad nacida del miedo, y como una fuente de indecible miseria para la raza humana”. Sin embargo, no se sabe con certeza si era ateo o agnóstico, si bien es cierto que durante su vida rechazó la existencia de un ser supremo, no podía probar la inexistencia o existencia de Dios. Del mismo modo, creía que el hecho de tener que renunciar a la vida propia para prestar un servicio imaginario a un Dios solamente es una forma de enaltecer el masoquismo y la humillación personal ante el poder. Es de destacar que para Russell uno de los factores necesarios para construir una sociedad en la que se fomente en la cooperación y no en la competencia mediante la sustitución de los mitos y supersticiones que rigen al mundo, por códigos de una ética racional. Esto debido a la creencia de Russell de que todas las religiones creen en cosas de las que no se tienen pruebas, creencias que deben ser sustituidas por el respeto a las pruebas. Además de criticar la existencia de Dios desde un punto de vista filosófico, en varias oportunidades demostró ironía y sarcasmo respecto al tema, como en una entrevista en la que le preguntaron qué le diría a Dios, si después de la muerte se lo encontrara de frente, Russell contestó “yo le preguntaría: ¿Dios mío, por qué hiciste la prueba de tu existencia tan difícil?
     En numerosas oportunidades, Russell se declaró socialista. En uno de sus más famosos ensayos, El caso por el Socialismo (1935) Bertrand expone:
Por mi parte, aunque soy un socialista convencido como el más ardiente marxista, yo no considero al socialismo un evangelio de la venganza proletaria, ni siquiera como un medio de asegurar la justicia social. Lo considero primeramente como un ajuste a la maquinaria de la producción demandada por consideraciones del sentido común, y calculada para aumentar la felicidad, no sólo de los proletarios, sino para todos exceptuando una pequeña minoría de la raza humana.
     Igualmente, él estaba convencido de que el progreso podría ser obtenido por medio de la política y la libre discusión, ya que esto conllevaría a una propicia expansión de la democracia parlamentaria; además, defiende la idea del libre comercio. Pero, a la vez, la nacionalización de la tierra. Alcanzando de este modo, una sociedad libre y cooperativa, en la que no existiese la propiedad privada o estatal, puesto que consideraba a ésta última como un método del Estado para hacerse con un poder despótico. Por otro lado, se mantiene muy alejado del pensamiento marxista, porque consideraba que dicha doctrina se centraba únicamente en los aspectos económicos. En cambio, para Russell, un hombre sólo alcanzaría la felicidad mediante el desarrollo de aspectos tales como: libertad  y creatividad, dejando a un lado los bienes materiales. Su obra  “La obra Teoría y práctica del bolchevismo”,  es un escrito en el que manifiesta su desacuerdo con el sistema político de la unión soviética y la manera en la que allí se estaba llevando el socialismo. 
     Además, Russell tenía la percepción de un sistema de gobierno mundial, cuyos principales objetivos serían: a) regular el armamento nuclear y b) evitar por todos los medios posibles al desarrollo de alguna guerra. Sin embargo, los entes nacionales deberían encargarse todo lo que no sea referente a prevenir hechos bélicos; y éstos, a su vez, dejarían al alcance de las autoridades locales aquellos problemas (cercanos a estas autoridades) que les sean posibles solucionar.
     Cabe acotar que en los años cercanos a la Segunda Guerra Mundial, apoyó la política de apaciguamiento. Por otra parte, en 1943 llamó a su postura “pacifismo político relativo”. Sostenía que la guerra era un mal enorme, pero que en algunas circunstancias particulares extremas, podría ser el menor de múltiples males. Por ello, en el año 1940 reconoció que para preservar la democracia Hitler tendría que ser derrotado, porque al vivir en un mundo bajo la ideología nazi se perdería todo lo que por lo que valía la pena vivir civilizadamente.
     Por otro lado, su opinión respecto a la sexualidad consistía en que el adulterio entre un hombre y una mujer no es necesariamente inmoral, si ellos realmente se aman. Así pues, defendió los “matrimonios experimentales”, relaciones formalizadas donde jóvenes podían tener de forma legítima relaciones sexuales sin esperar permanecer casados a largo plazo o tener hijos. Esto puede no parecer extraño hoy en día, pero fue suficiente para desencadenar acaloradas protestas y fuertes denuncias en su contra, durante su visita a los Estados Unidos poco después de la publicación del libro Matrimonio y Morales. Por lo visto, Russell estuvo adelantado a su época al apoyar una educación sexual abierta y un amplio acceso a métodos anticonceptivos. También, consideraba que el divorcio se debía efectuar de manera fácil, pero sólo si el matrimonio no había tenido hijos. La visión de Russell era que los padres tenían que permanecer casados pero tolerantes hacia las infidelidades del otro. De igual forma, con respecto al amor, Bertrand hace referencia a un amor pasional que es en el que dos seres se vuelven uno, yendo más allá de la satisfacción sexual (mental y física).  

CONCLUSIÓN
     Bertrand Russell vivió una larga e intensa vida. Incursionó en tantos campos como le fue posible, haciendo grandes aportes para cada uno de éstos. Es evidente que dejó un legado invaluable para la humanidad, enseñándonos que sí es posible, aunque no fácil, crear un mundo mejor, en el cual no existan injusticias sociales, y que toda las personas, indiferentemente de la raza o sexo, convivamos en libertad y paz.
     Igualmente, nos muestra que debemos dejar de basar nuestra vida en los dogmas religiosos, ya que no hay buenas evidencias que justifiquen la existencia de los mismos. Al contrario, debemos tomar en cuenta la trascendencia del conocimiento, concentrarse en el desarrollo científico, por medio de la razón y la lógica, para así poder alcanzar la verdad de los hechos, buscar las soluciones a los problemas, dejando a un lado los prejuicios, creencias, costumbres y tabúes impuestos por la sociedad. Debido que éstos pueden tergiversar, de cierto modo, el pensamiento del hombre, los sistemas educativos y establecer lo que está “bien” y lo que está “mal”. Russell trató de implantar un sistema educativo liberal, apartando los prejuicios puritanos de la época, enfocado en el aprendizaje empirista y autosuficiente de sus alumnos, rechazando los modelos académicos de tendencia religiosa y nacionalista propios del siglo XX.
     Russell realizó viajes por algunos países del mundo para estudiar, escribir y disertar sobre las culturas, sistemas políticos y los importantes problemas y acontecimientos de la época. Cuando viaja a la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, al principio motivado por la revolución rusa y el sistema político de Lennin, siente decepción con respeto a la miseria y sufrimiento que pudo ver en el pueblo, pero además observó que los seguidores del presidente Lennin estaban sumergidos en fanatismo. Para Russell (1959) el fanatismo consiste en pensar un asunto tan apabullantemente que no existe nada más que eso; y aunque los fanáticos se sienten confortables, los unos a los otros, se produce algún tipo de odio hacia el otro grupo, lo cual genera parcialidad. Según él, la situación conflictiva entre oriente-occidente se debía, principalmente, a la creencia fanática en el comunismo y en el anticomunismo, los cuales, además, crearon su propio credo. Bertrand sostuvo que el principal riesgo de un gobierno practicante de algún tipo de fanatismo, sería que éste sólo consideraría relevante sus creencias e ideales.
     A pesar de que Russell estuvo en desacuerdo con la práctica del socialismo y comunismo en la URSS, puede considerarse como un “social-demócrata”. Convencido de que el progreso podría ser obtenido por medio de la política y la libre discusión, ya que esto conllevaría a una propicia expansión de la democracia parlamentaria; apoyaba una forma de socialismo de mando distribuido y no centralizado. Además, defendió la idea del libre comercio. Pero, al mismo tiempo, la nacionalización de la tierra. Alcanzando de este modo, una sociedad libre y cooperativa, en la que no existiese la propiedad privada o estatal.
     Por consiguiente, el pensamiento demócrata de Russell “traspasó” los límites, pues él defendía la creación de un gobierno mundial. Se trataría de una autoridad supranacional encargada de evitar por todos los medios posibles al desarrollo de alguna guerra para garantizar la paz global. No obstante, los entes nacionales deberían encargarse de todo lo que no sea referente a prevenir hechos bélicos; y éstos, a su vez, dejarían al alcance de las autoridades locales aquellos problemas (cercanos a estas autoridades) que les sean posibles solucionar. Esta idea de un “mundo sin fronteras” es al parecer utópica, pero es un incentivo para muchos que luchan por un mundo en paz, cooperativo y, por supuesto, unificado.
     Así mismo, Bertrand se destacó en el campo de las matemáticas, y su obra cumbre dentro de esta área fue Principia Mathematica, hecha en colaboración con su profesor universitario A. N. Whitehead, en la cual mediante la explicación de los axiomas matemáticos simplificó la matemática a la lógica. Además, tuvo relevancia como escritor, lo cual le valió un Premio Nobel a la Literatura en el año 1950. También, fue un popular activista de las causas pacíficas y justas, incentivado por la época en que vivió, marcada por grandes e inimaginables cambios en el ámbito político, social y tecnológico a nivel mundial.
     Sus ideas y posturas son aplaudidas incluso actualmente, siendo éstas de rasgos auténticos, empiristas, lógicos y un tanto liberales que generaron polémica y controversia durante el siglo XX. Pero a pesar de ello, son de gran aceptación en las sociedades. En referencia a los temas sociales, Russell describía, criticaba y daba su concepción de cómo debería ser el mundo, siendo un firme creyente de que el mismo es netamente perfectible, si sabemos reconocer cada elemento que lo compone.
     Polifacético y evolucionario con respecto a sí mismo y sus ideas, perteneciente, además, a un tiempo que pedía cambios constantes en la sociedad. A lo largo de su vida, se dedicó a darles explicaciones, por medio de sus experiencias, a ciertos acontecimientos y problemas existentes en el mundo.
     Puede resumirse que este filósofo estuvo motivado por tres pasiones en toda su vida: el ansia del amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. En pocas palabras, Russell sintió un gran entusiasmo por el Amor, la Verdad y la Justicia.

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Visto: 28 de abril 2013

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